viernes, 30 de abril de 2010

La caja misteriosa



Hace un tiempo conté en ¨Se la culearon I y II¨ el inconveniente con Beatriz, la señora a la que mi novia le paseaba a la perra. Esta entrada también tiene que ver con esto.

Hoy a la tarde llegamos a la casa de Florencia, mi novia, y vimos que en la puerta había una caja misteriosa y estática con una etiqueta que decía irresponsable.
Al llegar nos dimos cuenta que puerta de rejas no había sido cerrada con llave ya que siempre por una cuestión de comodidad se la deja abierta, lo cual está muy mal porque así suceden las cosas.

Desconfiados nos acercamos a la caja que era un tanto pesada y no queríamos manosearla mucho, aunque había que abrirla. Al intentar hacerlo mi novia pegó un gritó y se hecho hacia atrás porque vio/sintió que la caja se movía.

Claro, estábamos desconcertados, pero todo empezó a tener sentido cuando vimos que la caja tenía agujeritos para que entrara aire.
Procedimos a abrir la caja; y si señores, había dos cachorros de mas de 2 meses acurrucados durmiendo en una manta, que se mostraron felices al vernos.

Nunca creí que Beatriz cumpliría su advertencia cuando le dijo a mi novia que ella se iba a tener que hacer cargo de los hijos de su perra.
¿Nos estuvo vigilando? ¿Calculó los movientos de la casa en detalle? ¿Tomó nota de la rutina de Florencia?? ¿Lo hizo ella o tuvo algún cómplice? ¿Fue tan observadora que pudo saber que el portoncito estaba sin llave? ¿Estuvo subida a un árbol por días observando con unos binoculares vestida de soldado?
No lo sabemos, pero realmente es para destacar, es una terrorista en potencia, me saco el sombrero ante Beatriz y su plan.

Los cachorros no serán difíciles de regalar, no son un problema en absoluto. Lo que me impresiona es la perseverancia y paciencia de la vieja, y sobre todo la culminación de su venganza.
Después de todo mi novia es ciertamente culpable, así que ¡A bancarsela!

Aplausos para Beatriz.

miércoles, 14 de abril de 2010

El espiritu matematico


El viernes pasado, mi novia y yo, fuimos al un cumple años de un amigo. Esto lo redacté en Word, así nomás, apenas llegue a casa de la fiesta, en compañía de Florencia, para no olvidarme nada de toda la conversación que se dio.

Había bastante gente que no se conocía entre si, pero con el pasar de las horas se fueron formando pequeños grupos en los que hablaban de todo.
En el nuestro se unió Mónica, un bicho parlante engreído que estaba dispuesto a acaparar la atención con sus anécdotas esotéricas. Sus aspiraciones para el próximo mes eran aprender sobre tarot. Y es la clásica que cuya casa está apestada en sahumerios, velas de colores y elementos espirituales baratos de feria.

Yo ya tenía referencias de ella, me habían advertido de su nube de pedo cósmica y sus delirios místicos, a los que nadie de sus conocidos daban importancia, es por eso que aprovechó el momento para engañar a desconocidos.

Estuvo largo rato contando sus experiencias con el juego de la copa, de que había visto cosas raras. Pero su barbaridad más grande fue cuando dijo que un espíritu se había metido dentro de ella y que gracias a él aprobó el examen de matemática. Al parecer, ella, mediante sus dotes espirituales habría pedido ayuda a un ser de otro mundo para aprobar un examen, en el cual si fallaba, repetía el año por segunda vez. Según su testimonio, ella no sabe un carajo de matemática a pesar de haber ido horas y horas a profesores particulares. Dijo:

- Después de jugar me fui a la cama y me dormí enseguida, como si estuviese muy cansada, y al día siguiente fui a rendir la materia y prácticamente no me costó nada. Cuando vi que aprobé no lo creía, él lo hizo por mí.

Mi novia y yo nos miramos de manera cómplice automáticamente, mientras nos conteníamos la risa después de escuchar semejante atrocidad. Pero por otro lado, en el grupo había una chica llamada Johana, pecosa y narigona, que escuchaba sorprendida y admirada el suceso del espíritu matemático.

Según me contaron, Mónica ni siquiera era tan mala en matemática, se había ido a marzo por vaga, pero lo preocupante es que estaba convencidísima de lo que decía, por ello es que técnicamente no mentía, porque en su mundo delirante, exagerado y crédulo, ella realmente creía que un espíritu la había ayudado a aprobar, así que al notar esto decidí asustarla un poquito. Me puse serio, impostando una voz sutilmente preocupada:

- ¿Ahora que vas a hacer? – le dije.

- ¿Con que? - preguntó.

- Con el pacto

- ¿Que pacto? Si yo no pacté nada.

- Cuando uno juega a estas cosas tiene que saber a lo que se enfrenta.

- Ay, ahora explícame que me asustas.

- Vos obtuviste un beneficio a costa del espíritu, te guste o no, inexorablemente tenes que dar algo a cambio, de un valor parecido, es una ley de la Alquimia también. Lo que él te demande.

- Tiene razón, es como él dice…tiene sentido – dijo la pecosa Johana

- Pero no me pidió nada - dijo Monica.

- No tiene que hacerlo. Es una ley en este tipo de juegos. Si un ser de otro mundo te ayuda, después tarde o temprano te va a pedir algo. Y sino lo haces, se lo va a cobrar de alguna u otra forma.

- ¿Y que me puede hacer? ¿Vos que aconsejas? Veo que sabes del tema.

- ¡Dios te va a ayudar!- acotó la imbecil de Johana de forma entusiasta.

- Tampoco se mucho, solo cosas. Nunca escuché de nadie que no cumpliera un pacto. Todos los que piden favores a los espíritus ya conocen las reglas y ninguno se anima romperlas, al menos yo no conozco a nadie.

-Me dejas helada ...

- Si, yo tengo escalofríos, no voy a dormir hoy, jaja. – (Johana)

-Peor es que no te hubieses enterado. Según vos, él te poseyó, así que es poderoso, puede hacer lo que quiera - dije, como el gran sabio que soy.

- Pero ¿Cómo sigue esto? - preguntó un pibe que había estado todo el rato en silencio.

- Eso…decime… - preguntó la loca Mónica.

- No lo se. Es algo que vas a tener que descubrir vos. Esperá alguna señal o volvé a jugar y hablá con él. No se que decirte ¿vos notaste algo raro? ¿Te sentís bien?

- Ahora que lo pienso, solo se apagó misteriosamente la luz de mi baño .

- Se pudo haber quemado….- dijo mi novia.

- No, la lamparita era nueva… y puede que me sienta rara desde ese día, el perro me ladra, antes no lo hacía. Bueno, si, pero ahora más seguido.

Como podrán ver, ella misma se sugestiona con ridiculeces. Luego hablamos un poquito mas, pero de apoco el tema se fue agotando y estábamos todos en otra, a excepción de Mónica, que se quedó un poco tensa. De hecho, después la vimos llorosa en un rincón hablando con Johana, quien le regaló un crucifijo que tenía colgado en su cuello.