martes, 23 de febrero de 2010

Simplemente sos pelotuda

Rocío es una conocida que es TAN PELOTUDA que pasa por simpática y agradable.
Hace unas semanas estábamos conversando sobre estupideces varias, y es normal, que en estos casos siempre surjan tópicos sexuales, escatológicos, etc.
Después de un rato de hablar barbaridades, Roció nos comentó que no puede creer que haya mujeres tan imprudentes que se traguen el semen.

- ¿Por que lo decís puntualmente? – pregunté

- Mirá, no se si sabías, pero el otro día me enteré, por ejemplo que eso de ¨ acabar afuera¨ y no usar forro no existe, porque el liquido preseminal te puede embarazar…

- Ahá.Lo sé ¿y?

-¿Como ¨y¨? Si te tragas el semen también te puede embarazar, nene.

- ¿Me estas cargando, Rocío?

- Lo se de buena fuente, el papá de un amiga es médico y sabe. No conviene decirlo, es todo un comercio.

De seguro ese medico del que habla no existe, lo dijo solo para fundamentar el vació de su afirmación; o en caso contrario le habrá tomado el pelo al notar su pelotudes.
Continuamos hablando de todo un rato más, hasta que a mi novia y a mí, nos contó que hacía unas semanas el novio le acabó en la panza (si, es una ordinaria).

- Después hablas de la imprudencia ajena ¿y como andamos por casa? – dije.

- ¿Eh?…. – contestó desentendida.

Ahí comencé a alardear de mi sabiduría falsa para tomarle el pelo y volverla loca un poco.

- Un espermatozoide sino ingresa por el útero en pocos minutos, muere. Pero los organismos tienen tendencia a buscar la vida, la supervivencia.

- Si, obvio, es instintivo.

- Exactamente. Por eso son unos imprudentes. Tu novio, al acabarte en la zona del ombligo dejó a los espermas cerca de la zona genital ¿estamos?

- Si ¿y? – dijo ansiosa por saber

- ¿Como ¨y¨? Te dije que buscan la vida. Los espermas se arrastran por la piel buscando ingresar en la vagina para instalarse en un ovulo.

- No jodas.

- Es probable que se hayan arrastrado desde la panza para entrar dentro tuyo. ¿Tomas anti conceptivos?

- No, se cuida mi novio. Engordan esas pastillas.

- El riesgo es bajo, pero yo que vos me compro un test de embarazo.

- Si si, eso voy a tener que hacer – dijo pensante con cabeza caída, mientras mezclaba los restos de helado de su copa.

Yo pensé que se iba a dar cuenta que la estaba jodiendo, pero para mi sorpresa fue al revés. Subestimé su estupidez sin predecir hasta donde podía llegar. Definitivamente se superó así misma, sobre todo porque hace unos días me llamó contentisima diciendome que no estaba embarazada.

martes, 16 de febrero de 2010

Disparandole a los gatos V: Hogar dulce hogar

Cuando mi madre se encontró con Olivia no entendía mucho y me interrogó.
Tenía pensado inventar alguna excusa, como por ejemplo, que le estaba cuidando la perra a algún amigo por unos días, pero no tuve ganas, preferí contarle TODA la verdad, con lujo de detalles.
Así que enojada, después de decirme que era un delincuente, me dijo que tenía que devolverla a su hogar, aunque la convencí de tenerla algunos días más y aceptó. Tuve que discutir, con mi vieja SIEMPRE hay que discutir todo.

Llegó el día, y mi madre, lejos de olvidarse, tomó su auto y me impuso devolverla. Tenía razón, ya habían pasado unos días y la venganza había cumplido su ciclo, así que nos dirigimos a lo de Florencia.

Lo bueno de llevarla en auto es que fue mucho más fácil para que Olivia no sea vista. Ya en la casa de mi novia, volví a usar la misma metodología que cuando la secuestré; Jorge a la mañana no está y solo restaba esperar a que Nacha saliera a hacer las compras que hace TODOS los días de su puta vida, y así fue, porque el humano es un animal de costumbres, no hubo problemas con eso.

Entré al jardín, intenté buscar la misma escalera de su galpón pero estaba cerrado con llave, así que rápidamente tuve que tomar una de las sillas que tienen en el jardín y usarla para esa función. El problema fue que mi madre no podía cargar a Olivia, subirse a la silla y pasármela, además Florencia no quiso participar porque la otra vez se golpeo. Tuve que convencer a mi madre para que intercambiemos de roles. Dejé la silla de Jorge arrimada a la medianera, me pasé al jardín de Florencia y le dije a mami que se pasara a la casa de Jorge, se quede arriba de la silla, que agarrara a la perra y la apoyara en el jardín y listo. Discutimos un rato, ella es muy cabeza dura, pero finalmente sin grandes problemas lo hicimos.

Todo parecía estar bien, hasta que varios minutos después me acordé de un detalle que nos iba a dejar en terrible evidencia. Y es que mi madre había dejado la silla de Jorge arrimada a la medianera ¿Cómo explicábamos eso?
Justo cuando me rescaté del detalle me pareció escuchar ruidos de llaves, así que a la velocidad de la luz, volví al jardín, deje la silla donde estaba, corrí y salté la medianera velozmente sin que me traicionaran los nervios como la primera vez. Todo bien, por suerte, fue una falsa alarma

Momentos después subí al cuarto de mi novia y me quedé espiando por la ventana el momento en que notaran a Olivia nuevamente. Pero no pasaba nada, Nacha es muy estúpida y sorda aparentemente, pero después de no mucho tiempo, llegó mi querido Jorgito.
Por supuesto que él tenía que saber que esto fue un secuestro, y fue por eso que me encargué de poner un sobre entre el cuello y el collar de la labradora, que decía lo siguiente:

ESTO FUE UN AVISO. VOLVES A DISPARARLE A OTRO GATO CON TU RIFLE DE MIERDA Y ADEMAS DE HACERTE UN ENEMA VAS A VOLVER A VER A LA PERRA PERO CORTADA EN PEDASOS DE ¼
ESPERO QUE TE QUEDE CLARO O VAS A VOLVER A SABER DE MI

Llegó el gran momento. Jorge salió al patio y quedo estupefacto cuando vio a Olivia como si nunca se hubiese ido. Llamó a Nacha y ambos sorprendidos contemplaron el regreso murmurando palabras que no logré escuchar. La verdad que estaban los tres contentos. Obviamente vieron la carta, la leyeron y quedaron algo desconcertados; y la verdad que no es para menos, la situación en si fue bastante bizarra, pero de lo que estoy seguro es que el mensaje y los motivos quedaron clarísimos.

Lo seguiré espiando, espero que haya aprendido la lección.

¿Ustedes que dicen?

miércoles, 10 de febrero de 2010

Disparandole a los gatos IV: La venganza contra Jorge.


Después del intento frustrado de venganza contra Jorge, hoy a la mañana logré dar el golpe. Un golpe seco en la cabeza que lo desmayó, lo cual me permitió cortarlo en pedazos y guardarlo en la heladera.

Hablemos enserio. Cuando el otro día estuve en el galpón, visualicé una escalera de madera, de carpintería o algo así. Fue una herramienta extremadamente necesaria porque sin ella hubiese sido casi imposible ejecutar el plan.

Florencia estaba parada en una silla del lado de su jardín riéndose y mirando lo que yo hacía, logrando que yo entorpeciera la cosa puesto a que me reía también.
Así que busqué la escalera, la arrimé contra la pared divisora, mientras mi chica me preguntaba que iba a hacer, dado que no le comenté mi plan.

Olivia es una labradora simpática, no muy grande. Nose que edad tendrá pero para rondará los seis meses, así que no me resultó tan pesada. La cargué mientras me lamía la cara con expresión de felicidad, como si estuviese contenta de estar a upa mío.
Cuidadosamente subí dos escalones y le dije a Florencia que la agarrara fuerte y tuviera cuidado de no caerse. Igual la pared no es muy alta por lo cual nadie corría riesgos de salir lastimado.

Florencia no entendía que le estaba secuestrando la mascota a Jorge, y creo que ante mis ruegos de que me iba a caer de la escalera cedió a agarrarla y pasarla de casa. Pero lo peor fue que cuando agarró a la perra, pude ver como mi novia se caía de la silla con Olivia encima, no fue grave pero me costó ser insultado por al menos media hora.

Después de invadir propiedad ajena la paranoia se apodera de uno como nunca, me puse a pensar que hasta quizás podría ir preso si algún vecino notó el robo. Florencia no se cansó de convencerme que me retractara y devolviera al animal a su casa y casi lo logra, pero de todos modos ya era tarde, no tenía gracía dar marcha atrás.

Me siento raro. Por un lado contento, pero me dio algo de pena escucharlos llamar a la perra.

Florencia me insistía en que no podía a dejar a la perra en su casa, y estaba en lo cierto, asi que después de vigilar que no estén en la vereda, nose como junté valor y me animé a salir y empezar a correr con la perra atada a una soga improvisada que le até a su collar.

La traje hace un rato a mi casa porque en la de mi novia corría altos riesgos de ser vista, y de hecho sucedió algo increíble. Hace un rato, cuando estaba redactando esto para actualizar el blog, me llamó Florencia diciéndome que llamaron a la policía.

Ni bien dijo esto creo que me desmoroné por un segundo, en el cual pensé que había sido descubierto y que la policía estaba viniendo para mi casa a detenerme. Así que con la garganta seca y fuera de sí, le pregunté que pasó y el dialogo fue más o menos así:

- Me hiciste pasar un momento de mierda, estúpido. Vinieron Jorge y la policía a casa (llorosa casi gritando)

-¿Para que abriste, sos pelotuda? ¿Los dejaste pasar? – la interrumpí inmediatamente.

- ¿Me vas a dejar hablar? Porque te corto y te jodes. No, no hizo falta, estaba arreglando las plantas adelante, me vieron y me peguntaron si había visto algo porque le habían robado la perra… – dijo enojada.

- Calmate un poco ¿Y que les dijiste? No habrás metido la pata…. – pregunté sin dejarla terminar una vez más.

Y me cortó el teléfono. Así que la volví a llamar totalmente preocupado y enfurecido. Me pareció re bestia que me cortara el teléfono dejándome en ese estado. El corazón latía a punto de salirse del pecho y para colmo me moría y muero de sueño ahora mismo porque me desperté muy temprano. La llamé un par de veces y se hizo rogar, no me contestaba, pero finalmente atendió:

- Sino me dejas hablar vuelvo a cortar. ¿Y que queres que les diga? Que no sabía ni escuché nada. Vi que le preguntaron a la loca de al lado también. Encima me puse re nerviosa porque pensé que sabían todo, ahora estoy cagada y paranoica ¿Por qué no venís a casa?

- No puedo. Estoy con Olivia comiendo galletitas y nadie de mi familia sabe que traje a la perra, no puedo dejarla sola.

Y le corté yo esta vez. Más tarde la llamo cuando nos hayamos enfriado.

Realmente no se como continuará esto. Por supuesto que la perra será devuelta a su hogar, no sin antes extorsionar a Jorge, tengo que ver bien cuando.
De todos modos la complicación más grande ahora será calmar a mi novia, que debe estar bastante enojada. Y no olvidemos a mi familia, cuando vea la visita que le traje.

sábado, 6 de febrero de 2010

Se la culearon



Mi novia hace un par de meses sacaba a pasear a la perra de una señora que vive a unas cuadras de su casa. Como es medio vaga y la perra forcejea porque no es chica, a cambio de un poco dinero la llevaba a la plaza.
Misteriosamente un día dejó de sacarla a pasear argumentando que no tenía tiempo, lo cual me pareció extraño, hasta que hace un rato supe la verdad, ya que recibí un llamado de la dueña de la perra. Como ella se estaba bañando atendí yo:

Vieja: Hola, habla la señora Beatriz, ¿se encuentra Florencia¿

Yo: Se está bañando, si quiere puede llamar en un rato ¿quiere que le diga algo?

Vieja: ¿Con quien hablo?

Yo: Con el novio.

Vieja: Si, decile que es una irresponsable.

Yo: ¿Como? ¿Por que?

Vieja: Ella sacaba a pasear a mi perra hace unos meses, después me dijo que no podía sacarla más…

Yo: ¿Entonces?

Vieja: Se la CULEARON

Hasta me preocupé, por un segundo creí que a Florencia se la habían culeado en la plaza, que me lo había estado ocultando y que por eso no la llevaba más a la perrita.

Yo (totalmente desentendido): Ehhh? ¿A quien culearon, señora?

Vieja: A mi perra, querido. Creí que era embarazo psicológico y hace una semana me encuentro con cuatro cachorros en el jardín ¿a vos te parece? Soy una persona grande como para hacerme cargo ahora. Florencia es una atrevida, ella va a tener que quedarse con los perritos, se lo voy a llevar a su casa.

Yo: Entiendo. Igual usted no es la mamá de los cachorros, su perra es la madre y los va a cuidar ella, usted solo tiene que esperar 45 días para poder regalarlos, no me parece que sea tan grave

Vieja: Ay si claro, eso lo decís vos porque sos joven, pero a mi me duelen los huesos, no puedo andar juntando la suciedad.

Yo (irónico): Usted me dijo que a su perra se la culearon, ¨por ahí¨ no queda embrazado nadie. ¿Está segura que fue culpa de Florencia?

Vieja (un poco desencajada): Mirá. Yo se lo que digo. No me tomes el pelo. Es una irresponsable, espero que no sea igual con vos. Te quiero ver con un hijo….

Yo: ¿Y usted como sabe que fue culpa de mi novia?

Vieja: Ella es la que la sacaba a la calle, ni mi marido ni yo lo hacemos. No podemos mantener 4 cachorros, la suciedad, la comida….

Yo (cansado): Toman leche de la madre, y la suciedad muchas veces la come ella también.

Vieja (caprichosa): No no no no no. Son cuatro cachorros. Tu novia es una DESUBICADA

Yo (enojado pero riéndome por dentro): Señora, si la perra no puede sola, cómase lo soretes de los perritos usted también. Seguramente fue su marido el que se la culeó.

Y le corté. Mi novia sigue metida en la ducha. Después le voy a dar la noticia de que fue tía. Y que el secreto que me estuvo ocultando ahora fue revelado. Siempre ella me dice irresponsable a mi, pero ya no más. Gracias Beatriz.

lunes, 1 de febrero de 2010

Disparandole a los gatos III

Decidí ejecutar la tan esperada venganza contra Jorge, todo estaba listo.
Lo que sucedió fue un cliché que no esperaba que pasara, pero su parte entretenida fue la adrenalina que viví.

Jorge había salido, al igual que todas las mañanas cerca de las 10 am, así que esperé que Nacha, su esposa, vaya al mercado y tipo 11:30 am la ví yéndose con su bolsa de tela antigua.
Ni bien lo hizo, decidí cruzar la medianera e ingresé a su patio trasero mientras Florencia miraba desde su ventana lista para informarme ante cualquier eventualidad, quien dicho sea de paso no paró de decirme cosas como ¨¿Estas seguro que queres hacer esto?¨ como si se tratase de una mision suicida o de ir a luchar contra terroristas. Pactamos una contraseña, la palabra era ¨piel arrugada¨; dos palabras claves que significaban que yo tenía que salir corriendo.

Apenas salté la medianera me recibió Olivia con cara de perro feliz y comenzó a saltar y mancharme con barro la remera, ladrando y moviendo la cola agitadamente; la tranquilicé con caricias y automáticamente fue a buscar una rama para que yo se la tirara.

Lo primero que hice fue dirigirme hacia una jaula colgada en la pared en la que había un pájaro negro, de esos que se ven mucho, parecen cuervos pero nada que ver, son mas chicos y suelen andar en bandadas enormes. Duramente la semana que observé la casa de Jorge, también ví al bípedo gritando, revoloteándose por la jaula frenéticamente, pero lo que mas me conmovió fue ver como con el pico intentaba levantar la puerta de la jaula, que estaba trabada con un ganchito, para que no pueda huir. Y si, destrabé la puerta, la abrí y el pájaro salió volando felizmente sin problema alguno. Se notaba que no había sido criado en cautiverio, sino que había estado libre alguna vez, de hecho se subió a un árbol lejano y empezó a cantar como si estuviera llamando a alguien.

Por mucho plan que haya, las falencias se notan cuando lo ejecutas.

Yo estaba muy nervioso con la perra molestándome, pero lo peor fue cuando escuché un grito, que no era de ningún pájaro, sino que era mi novia.

- PIEL ARRUGADAAA PIELARRUGADAAAAAAA - gritaba como una cotorra- PIEL ARRUGADAAAAAAAAA - cada vez más loca.

Tenía que correr, o más bien saltar la medianera y volver a mis tierras, pero de los nervios que tenía no podía juntar fuerzas para saltar. Lo más triste es que es baja y yo soy alto, pero no hubo remedio.

Habían transcurrido no más de seis minutos de que Nacha había salido, pero algo la hizo regresar. Escuché como entraba a la casa, ví su silueta; la cosa es que desde adentro de su casa obviamente puede ver el fondo de su jardín, así que yo estaba a la vista para quedar en evidencia, por ello no tuve mas remedio que esconderme en un galponcito donde Jorge guarda la maquina de cortar pasto (me fijé si estaba el rifle pero a simple vista no lo ví)
El corazón me iba a mil por hora, se me salía del pecho y yo no sabía que hacer hasta que Nacha volvió a salir.

Lo malo es que no pude hacer nada, decidí postergarlo porque sentía que no era el momento, asi que lo voy a intentar nuevamente estos días, pero al menos liberé al bicharraco negro.

Hace un rato lo vi a Jorge desconcertado mientras le comentaba a su esposa el como mágicamente había desaparecido el pájaro, pero lo gracioso es que la acusó a ella porque aparentemente fue la ultima que tocó la jaula, escuché algo así:

Jorge: La puta madre, ¿donde está?

Nacha: Y que se yo, son tus bichos Jorge....

Jorge: Hoy te pedí que lo colgaras en la pared, se te aflojo el fierro, nunca te das cuenta de nada, será posible la puta madre que te parió.

Nacha: pero que no toqué nada, lo colgué nada mas, que me das la culpa a mi.

Jorge: claro, siempre la culpa la tengo yo.

Nacha: ma si.... dejame de joder......... artereoesclerosico*

* Nose bien que es eso, la habrá querido decir que tiene arteriosclerosis, pero no lo relaciono con el contexto. De todas formas me dio mucha risa.

Ella se metió a la casa de vuelta y el viejo se quedó mirando, desconcertado, los alrededores de su jardín.

Me dieron ganas de asomarme por la ventna y gritarle:

- Lo que te puedo asegurar es que no fue ningun gato.

Pero me abstuve por discreción.


CONTINUARA